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El INAH y la ENAH unen fuerzas para rescatar el legado ambiental de las lenguas zapotecas


Un proyecto financiado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, y dirigido por la lingüista Rosemary Beam de Azcona, busca documentar y preservar seis lenguas zapotecas en riesgo de desaparecer, recuperando el conocimiento ancestral sobre el medio ambiente que estas encierran.  

En las montañas y valles de Oaxaca, donde el aire huele a tierra húmeda y el sol ilumina comunidades ancestrales, se teje una red de saberes que ha sobrevivido por siglos. Este conocimiento, transmitido de generación en generación a través de las lenguas zapotecas, está en peligro de desaparecer. Ante esta urgencia, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) han emprendido un ambicioso proyecto para documentar y preservar estas lenguas, así como el conocimiento ambiental que contienen.  

Dirigido por la profesora-investigadora Rosemary Beam de Azcona, del Posgrado de Lingüística de la ENAH, el proyecto titulado “Recopilación de conocimiento ambiental en lenguas zapotecas en peligro de desplazamiento y con poca documentación” fue avalado en agosto de 2024 y se extenderá por dos años y medio, con el objetivo de concluir en 2026.  

El proyecto se centra en seis lenguas zapotecas prioritarias, identificadas por su escasa documentación y su alto riesgo de desaparición. Entre ellas se encuentran el xkissia o diatse’ea, hablado en Coyachilla; el zhiaza, que cuenta con apenas cuatro hablantes; y el dise, utilizado por solo 30 o 40 personas. Estas lenguas, que han resistido el paso del tiempo en comunidades de municipios como Zimatlán de Álvarez, San Mateo Mixtepec y Santa María Lachixío, entre otros, son portadoras de un conocimiento profundo sobre el entorno natural.  

“El conocimiento ambiental ancestral de una sociedad se encuentra en las palabras que dan nombre a su entorno y los elementos que lo componen”, explica Beam de Azcona. A través de la etimología y la documentación lingüística, el equipo de investigadores busca rescatar este saber, que incluye desde los nombres de plantas medicinales hasta las técnicas agrícolas tradicionales.  

La cultura Zapoteca


La cultura zapoteca es una de las civilizaciones más antiguas e importantes de Mesoamérica, con raíces que se remontan a más de 2,500 años en el valle de Oaxaca, México. Conocidos como "el pueblo de las nubes", los zapotecas desarrollaron una sociedad compleja con avances notables en arquitectura, escritura, astronomía y agricultura. Su legado incluye impresionantes sitios arqueológicos como Monte Albán, considerado uno de los primeros centros urbanos de América, y Mitla, famoso por sus elaborados mosaicos geométricos. Además, su sistema de escritura glífica es uno de los más antiguos del continente. La cultura zapoteca también es reconocida por su diversidad y riqueza cultural, incluyendo a los *muxes*, un tercer género aceptado y respetado en comunidades como Juchitán, donde los muxes desempeñan roles sociales y culturales únicos, siendo un ejemplo de la inclusividad y flexibilidad de esta cultura.

Hoy, la cultura zapoteca sigue viva a través de sus descendientes, quienes preservan sus lenguas, tradiciones y conocimientos ancestrales. Según el INEGI, alrededor de **450,000 personas** hablan alguna variante del zapoteco, muchas de ellas de manera bilingüe (zapoteco y español). Sin embargo, el zapoteco no es una lengua uniforme, sino que cuenta con más de **50 variantes dialectales**, algunas tan diferentes entre sí que pueden considerarse lenguas separadas. Entre las variantes más conocidas están el zapoteco del Istmo, el zapoteco de los Valles Centrales y el zapoteco de la Sierra Norte. A pesar de los desafíos de preservación, las comunidades zapotecas continúan luchando por mantener viva su lengua y su identidad, transmitiendo de generación en generación un legado que conecta el pasado con el presente.

¿Quién es Rosemary Beam de Azcona?  

Rosemary Beam de Azcona, lingüista y experta en lenguas indígenas, es la figura central de este proyecto. Con una trayectoria dedicada al estudio y preservación de las lenguas zapotecas, Beam de Azcona ha trabajado estrechamente con comunidades indígenas para entender y documentar sus idiomas. Su pasión por la lingüística y su compromiso con la preservación cultural la han llevado a liderar esta iniciativa, que no solo busca rescatar lenguas en peligro, sino también empoderar a las comunidades que las hablan.  

“El rescate solo pueden realizarlo los propios hablantes e integrantes de las mismas comunidades”, subraya Beam de Azcona. “Nuestro papel como académicos es acompañar y apoyar a las y los usuarios y sus descendientes, aportando información adicional que ayude a una mejor comprensión de estas lenguas”.  

Implicaciones sociales y políticas  

La desaparición de una lengua no es solo la pérdida de un sistema de comunicación, sino también la erosión de una cosmovisión única. En el caso de las lenguas zapotecas, su extinción implicaría la pérdida irreparable de un conocimiento ambiental acumulado durante siglos. Este proyecto no solo tiene un valor académico, sino también social y político, al visibilizar la importancia de las lenguas indígenas y promover su preservación.  

Además, el proyecto busca fomentar la participación de lingüistas zapotecos jóvenes, motivando a las nuevas generaciones a estudiar y preservar su herencia lingüística. “Queremos promover a lingüistas zapotecos jóvenes y motivar a las generaciones futuras a estudiar esta disciplina”, afirma Beam de Azcona.  

¿Qué podemos esperar con esta investigación?   

El proyecto incluye la participación de un equipo multidisciplinario, integrado por lingüistas como Ambrocio Gutiérrez Lorenzo, de la Universidad de Colorado; Mario Hernández Luna, de la Universidad Autónoma de Querétaro; y Adela Covarrubias Acosta, investigadora del INAH. También colaboran estudiantes de la ENAH y miembros de las comunidades estudiadas, tanto hablantes nativos como no hablantes que tienen un vínculo cercano con estas lenguas.  

Entre los resultados esperados se encuentran la publicación de una serie de cuatro volúmenes sobre San Bartolomé Loxicha, un libro de terminología ambiental en español y lenguas zapotecas, y un repositorio digital que podría albergarse en la Fonoteca del INAH o en el Archivo de los Idiomas Indígenas de Latinoamérica, de la Universidad de Austin, Texas.  

A medida que el proyecto avanza, surgen preguntas cruciales: ¿Cómo podemos asegurar que estas lenguas no solo sobrevivan, sino que florezcan en el futuro? ¿Qué papel deben desempeñar las instituciones educativas y las políticas públicas en la preservación de las lenguas indígenas? Y, sobre todo, ¿cómo podemos honrar y aprender de los saberes ancestrales que estas lenguas encierran?  

Este proyecto, que forma parte de la campaña #OrgullosamenteENAH impulsada por el INAH, no solo busca documentar lenguas en peligro, sino también inspirar un diálogo más amplio sobre la importancia de la diversidad lingüística y cultural en México.  

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