/style El legado de los neandertales. Una reflexión sobre raza, ciencia y la lucha contra el racismo científico - Nota Antropológica

El legado de los neandertales. Una reflexión sobre raza, ciencia y la lucha contra el racismo científico


En un mundo donde la ciencia y la política se entrelazan de maneras cada vez más complejas, la figura de los neandertales ha pasado de ser un mero objeto de estudio arqueológico a convertirse en un símbolo de debates contemporáneos sobre raza, identidad y supremacía. Durante décadas, llamar a alguien "neandertal" era un insulto, una forma de denigrar a quienes se consideraban brutos o primitivos. Sin embargo, a medida que la ciencia ha revelado la sofisticación cultural y las capacidades de estos antiguos homínidos, su imagen pública ha experimentado una transformación radical. Pero esta transformación no ha estado exenta de controversias, especialmente cuando ciertos grupos han utilizado la genética neandertal para justificar narrativas de superioridad racial.  

Este artículo explora cómo la ciencia de los neandertales se ha convertido en un campo de batalla contra el racismo científico, y cómo investigadores como Fernando Villanea, un genetista de poblaciones de la Universidad de Colorado Boulder, están liderando la lucha para desmantelar las interpretaciones distorsionadas de la biología humana. A través de su historia y la de otros científicos, descubriremos cómo el estudio de nuestros ancestros más antiguos refleja problemáticas sociales más amplias y qué desafíos enfrentaremos en el futuro.  

El espejo de los neandertales

Los neandertales, habitantes de Europa y Asia hace cientos de miles de años, han sido durante mucho tiempo un espejo en el que los humanos modernos proyectamos nuestros miedos, prejuicios y deseos. Como señaló Villanea en una reunión de la Asociación Americana de Antropólogos Biológicos (AABA), "siempre han sido utilizados como un reflejo para pensar en nosotros mismos... proyectando cosas que no nos gustan de nosotros mismos en otro grupo de humanos". Esta proyección ha tomado muchas formas: desde la caricatura del "hombre de las cavernas" hasta la idealización de los neandertales como símbolos de una supuesta pureza racial europea.  

En 2007, un descubrimiento genético sacudió la percepción pública de los neandertales. Los científicos encontraron que algunos de ellos portaban genes asociados con el cabello rojo y la piel clara, lo que llevó a ciertos grupos a reclamar una conexión neandertal como un marcador de identidad blanca y superioridad racial. Sin embargo, esta narrativa ignora un hecho crucial: la ascendencia neandertal está ampliamente distribuida entre las poblaciones globales, incluidas algunas en África. De hecho, estudios recientes sugieren que el sur de Asia, no Europa, alberga la mayor diversidad de genes neandertales.  

Este malentendido no es solo un error científico; es un ejemplo de cómo la ciencia puede ser distorsionada para servir a agendas racistas. Y es aquí donde entran en juego investigadores como Villanea, quienes buscan no solo desentrañar los misterios de nuestros ancestros, sino también combatir las interpretaciones erróneas de su trabajo.  

Fernando Villanea y la lucha contra el racismo científico

Fernando Villanea no es un científico cualquiera. Su trayectoria está marcada por un compromiso profundo con la justicia social y una comprensión matizada de cómo la genética puede ser malinterpretada. Como genetista de poblaciones, su trabajo se centra en entender la diversidad humana y cómo las migraciones antiguas han dado forma a nuestro genoma. Pero su interés no se limita a los datos; también está profundamente preocupado por cómo esos datos son utilizados en el discurso público.  

Villanea creció en un entorno donde las divisiones raciales y étnicas eran palpables. Su familia, de origen latinoamericano, le inculcó una sensibilidad especial hacia las desigualdades sociales. Esta perspectiva lo llevó a cuestionar no solo cómo se estudia la genética, sino también cómo se comunica. En la reunión de la AABA, Villanea fue claro: "La ciencia tiene consecuencias en el mundo real, y no podemos permitir que nuestro trabajo sea cooptado por ideologías racistas".  

Su llamado a la acción no es solo teórico. Junto a otros colegas, Villanea ha abogado por una comunicación científica más clara y proactiva, que deje poco espacio para interpretaciones erróneas. "No podemos ser imparciales cuando se trata de racismo", dijo. "Tenemos que condenar explícitamente las interpretaciones racistas de nuestro trabajo, ya sea en las redes sociales o en los artículos científicos".  

El auge y la caída de la ciencia racial  

El uso de la ciencia para justificar el racismo no es nuevo. Desde el siglo XIX, teorías pseudocientíficas han intentado clasificar a los humanos en razas, asignando características intelectuales y morales basadas en supuestas diferencias biológicas. Uno de los ejemplos más notorios es el trabajo de Richard Lynn, un psicólogo que publicó un conjunto de datos sobre el "CI nacional" en 2002. Lynn afirmó que sus datos mostraban diferencias cognitivas entre poblaciones, pero su metodología fue ampliamente desacreditada por antropólogos y psicólogos.  

A pesar de esto, algunos estudios siguen citando los datos de Lynn, lo que ha llevado a investigadores como Rebecca Sear, antropóloga de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, a emprender una cruzada para retractar estos artículos. Sear ha contactado a varias revistas científicas, con resultados mixtos. En un caso excepcional, la revista *Proceedings of the Royal Society B* retiró un artículo que vinculaba la prevalencia de parásitos con las variaciones cognitivas descritas por Lynn. Este pequeño triunfo es un rayo de esperanza en una lucha que a menudo parece cuesta arriba.

La ciencia como herramienta de cambio  

El debate sobre los neandertales y la ciencia racial no es solo académico; refleja problemáticas más amplias sobre cómo entendemos la diversidad humana. La antropóloga Tina Lasisi, de la Universidad de Michigan, advierte que simplemente aclarar los detalles técnicos de un estudio no es suficiente para cambiar mentes. "¿Con quién estamos discutiendo cuando nos metemos en los detalles técnicos?", preguntó durante el simposio. "¿Es la estadística el campo adecuado para tener esta batalla?".  

En lugar de eso, Lasisi sugiere que los antropólogos deben dirigirse a diferentes audiencias con mensajes adaptados. También destaca la necesidad de más financiamiento para grupos dedicados a combatir el racismo científico, ya que esta labor no puede recaer únicamente en académicos que ya tienen múltiples responsabilidades.  

¿Hacia dónde vamos?

La ciencia de los neandertales nos recuerda que el pasado no es solo una colección de huesos y genes; es un espejo que refleja nuestras luchas actuales. A medida que avanzamos, ¿cómo podemos asegurarnos de que la ciencia no sea cooptada por agendas racistas? ¿Cómo podemos comunicar la complejidad de la diversidad humana sin caer en simplificaciones peligrosas?  

Fernando Villanea y sus colegas nos dejan con una pregunta incómoda pero necesaria: ¿estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de cómo se interpreta nuestro trabajo? La respuesta no es sencilla, pero una cosa es clara: si no nos involucramos en estas conversaciones, otros lo harán por nosotros. Y en un mundo donde la ciencia tiene el poder de moldear percepciones y políticas, el silencio no es una opción.  


Fuente principal: Michael Price, "Calling someone a Neanderthal was once an insult," *Science*, 2023.

Publicar un comentario

Designed by OddThemes | Distributed By Gooyaabi Templates